Bueno… volví…
como que me fui mucho tiempo y como que pasaron muchas cosas que no les conté
(juro que me sentí mierda todo ese tiempo) pero aquí me tienen… vivita y
coleando, sin medicamentos mágicos que me saquen la locura pero con pastillas
de colores que me ayudan a olvidarme de ella… con un par de kilos menos y el
pelo largo (no creo habérselo dicho pero siempre tuve el pelo corto)
Acabo de leer
la última entrada que hice y la verdad me encantaría contarles los por menores
de mi nociva vida… pero eso no es lo interesante, lo interesante es que me paso con él, que me
paso con las imaginaciones que tenía con él, con levantarme a las 4 de la
mañana muerta del miedo y la angustia y verlo en la punta de mi cama con esa sonrisa
que me jodia la cabeza.
Bueno, después de
la última entrada todo se fue a la mierda, las cosas se me habían ido de la
mano. Después de la última entrada todo
se volvió más turbio de lo normal; me mude y supuse que al hacerlo lo dejaba
lejos de mí, lo dejaba en otra casa y que ese pseudo fantasma de una persona
viva que me jodia la vida sea problema de otra pelotuda y que me deje en paz a mí,
pero como es de esperase me equivoque y nuestro querido exnoviofantasmajodementesfragiles
camino las varias cuadras que separaban el antiguo departamento que habitaba a
la nueva y encantadora casa que encontré. Y nada, después de unos cuantos días de
relativa tranquilidad, de unos cuantos días de pensar que se había terminado
toda la mierda que me estaba rodeando en esos momentos. Después de todo eso, al
señorcito se le ocurre despertarme otra
vez por las noches… que alguien sea bueno y me mate.
Todas las
noches me levantaba y lo encontraba, era enfermizo (es enfermizo pero real, o
por lo menos para mí fue lo suficientemente real como para romperme)
Pero hubo una noche,
una noche en especial, una noche en la que me hablo de cosas con sentido para él
y sin sentido para mí (a esta altura de mi vida, realmente pensé que estaba
loca, es mas ya había averiguado qué onda los psicolocos que había en la carta
de mi obra social) me hablo de pelotudeces pero algo me quedo grabado: “Vos
nunca me dejaste, vos solo te fuiste… yo te amé y vos te fuiste”.
Soy una mierda.
Le pregunte que
quería que haga, que se suponía que tenía que hacer para que me deje en paz de
una puta vez y él me sonrió, se le formaron los auguritos a los costados de la
boca que siempre me gustaron tener y me sonrió, solo eso, después se levantó y se fue. Simplemente se fue y fue
en ese preciso momento en el que me di cuenta de lo que hice, de que lo que veía
en realidad no era él, o algo que me pudo haber hecho él, sino que era yo, era
yo que quería que me dé cuenta de lo mierda que fui y de que nunca me van a
perdonar por eso y que algo dentro mío (puede ser mi parte buena) tampoco me lo
va a perdonar, que voy a tener que vivir toda mi vida odiándome por eso, odiándome
sin querer odiarme, porque una parte de mi enferma cabeza odia la otra parte
que le chupa un huevo lo que le paso, me di cuenta lo que hice y que no había vuelta
atrás. Y cuando me di cuenta de eso, llore.
Y cuando digo
que llore, no es como cuando lloran en las películas, que las actrices ridículamente
bien peinadas lloran tres minutos y después se abre un arcoíris sobre su
cabezas y obtienen el perdón divino y automáticamente están totalmente hermosas
y resplandecientes en la puerta de su casa mientras llega el amor de su vida y
les dice que estaba equivocado y que no quiere ni puede hacer otra cosa más que
amarla… y colorín colorado todos comieron perdices y fueron felices.
Ojala hubiera
sido así, pero no, fueron meses… meses llorando como si no hubiera un mañana,
pasando cada momento de mi vida llorando, en el baño, en mi pieza, en la
terraza; donde fuera, lo importante era llorar y los únicos momentos en los que
no lloraba era cuando estudiaba o estaba en la mesa con mi familia (que ni por
casualidad se dignaron a preguntar). Simplemente llore (y no me da vergüenza admitirlo)
llore y vomite todo el asco que tenía dentro mío, todo el odio y el rencor que
me manejaba, todo, hasta los ñoquis de mamá (por esos los kilo de menos)
Le pedí perdón (a
mi manera) y después de mucho tiempo pude dormir bien y el no volvió
Me cuesta escribirlo,
me duele más que nada (aunque estoy segura de que a él le dolió mas) pero… ¿Saben
de qué me di cuenta? Me di cuenta de que básicamente estoy muerta. Morí cuando
lo deje y después de un tiempo mi cerebro se dio cuenta de que había muerto.
Estoy muerta.
Porque desde el
momento en que mate a algo tan puro y único como era su amor, en ese momento yo
me auto asesine y lo poco que quedaba en mi de persona se lo llevo el viento. Por
eso me paso lo que me paso después de que le deje, por eso me paso todo lo que
me paso en los años que me llevaron entenderlo, por eso me pudro, por eso él volvió.
Porque deje de vivir. Arruine algo tan puro que solo me quedo como opción morir.
Así que
finalmente lo resolví… estoy muerta… morí pero sigo viva, es raro darse cuenta
de que estas muerta, pero al mismo tiempo es gratificante saber porque me estoy
pudriendo. Saber la verdad, saber mi verdad es gratificante, es tranquilizador,
es simple y efectivamente saber.
No creo que
pueda volver a vivir, al menos no como antes, pero creo que es posible vivir
estando muerta y anda a saber, capas algún día, alguien me reviva.
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