otros locos de sombredo

sábado, 30 de noviembre de 2013

Nada... Solo Miedo



Y si quiero ser
Y si quiero volver
Y si quiero dejar
¿Qué pasa si no puedo? ¿Qué pasa si no me dejo poder?
Quiero dejar de ser para ser totalmente
Quiero volar pero las alas no me andan
Quiero sentir pero no tengo terminaciones nerviosas
Quiero vivir pero morí hace rato
Quiero ser valiente pero mi nombre es cobarde
Quiero, quiero, quiero, quiero, quiero, quiero.
Solo quiero esconderme debajo de la cama
Meterme debajo del agua
Y dejar
Porque se que es simple, es...

Nada, solo miedo.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Mi Vida Era Genial Hasta Que Morí...


Bueno… volví… como que me fui mucho tiempo y como que pasaron muchas cosas que no les conté (juro que me sentí mierda todo ese tiempo) pero aquí me tienen… vivita y coleando, sin medicamentos mágicos que me saquen la locura pero con pastillas de colores que me ayudan a olvidarme de ella… con un par de kilos menos y el pelo largo (no creo habérselo dicho pero siempre tuve el pelo corto)

Acabo de leer la última entrada que hice y la verdad me encantaría contarles los por menores de mi nociva vida… pero eso no es lo interesante, lo  interesante es que me paso con él, que me paso con las imaginaciones que tenía con él, con levantarme a las 4 de la mañana muerta del miedo y la angustia y verlo en la punta de mi cama con esa sonrisa que me jodia la cabeza.

Bueno, después de la última entrada todo se fue a la mierda, las cosas se me habían ido de la mano.  Después de la última entrada todo se volvió más turbio de lo normal; me mude y supuse que al hacerlo lo dejaba lejos de mí, lo dejaba en otra casa y que ese pseudo fantasma de una persona viva que me jodia la vida sea problema de otra pelotuda y que me deje en paz a mí, pero como es de esperase me equivoque y nuestro querido exnoviofantasmajodementesfragiles camino las varias cuadras que separaban el antiguo departamento que habitaba a la nueva y encantadora casa que encontré. Y nada, después de unos cuantos días de relativa tranquilidad, de unos cuantos días de pensar que se había terminado toda la mierda que me estaba rodeando en esos momentos. Después de todo eso, al  señorcito se le ocurre despertarme otra vez por las noches… que alguien sea bueno y me mate.

Todas las noches me levantaba y lo encontraba, era enfermizo (es enfermizo pero real, o por lo menos para mí fue lo suficientemente real como para romperme)

Pero hubo una noche, una noche en especial, una noche en la que me hablo de cosas con sentido para él y sin sentido para mí (a esta altura de mi vida, realmente pensé que estaba loca, es mas ya había averiguado qué onda los psicolocos que había en la carta de mi obra social) me hablo de pelotudeces pero algo me quedo grabado: “Vos nunca me dejaste, vos solo te fuiste… yo te amé y vos te fuiste”.
Soy una mierda.

Le pregunte que quería que haga, que se suponía que tenía que hacer para que me deje en paz de una puta vez y él me sonrió, se le formaron los auguritos a los costados de la boca que siempre me gustaron tener y me sonrió, solo eso, después  se levantó y se fue. Simplemente se fue y fue en ese preciso momento en el que me di cuenta de lo que hice, de que lo que veía en realidad no era él, o algo que me pudo haber hecho él, sino que era yo, era yo que quería que me dé cuenta de lo mierda que fui y de que nunca me van a perdonar por eso y que algo dentro mío (puede ser mi parte buena) tampoco me lo va a perdonar, que voy a tener que vivir toda mi vida odiándome por eso, odiándome sin querer odiarme, porque una parte de mi enferma cabeza odia la otra parte que le chupa un huevo lo que le paso, me di cuenta lo que hice y que no había vuelta atrás. Y cuando me di cuenta de eso, llore.

Y cuando digo que llore, no es como cuando lloran en las películas, que las actrices ridículamente bien peinadas lloran tres minutos y después se abre un arcoíris sobre su cabezas y obtienen el perdón divino y automáticamente están totalmente hermosas y resplandecientes en la puerta de su casa mientras llega el amor de su vida y les dice que estaba equivocado y que no quiere ni puede hacer otra cosa más que amarla… y colorín colorado todos comieron perdices y fueron felices.

Ojala hubiera sido así, pero no, fueron meses… meses llorando como si no hubiera un mañana, pasando cada momento de mi vida llorando, en el baño, en mi pieza, en la terraza; donde fuera, lo importante era llorar y los únicos momentos en los que no lloraba era cuando estudiaba o estaba en la mesa con mi familia (que ni por casualidad se dignaron a preguntar). Simplemente llore (y no me da vergüenza admitirlo) llore y vomite todo el asco que tenía dentro mío, todo el odio y el rencor que me manejaba, todo, hasta los ñoquis de mamá (por esos los kilo de menos)

Le pedí perdón (a mi manera) y después de mucho tiempo pude dormir bien y el no volvió

Me cuesta escribirlo, me duele más que nada (aunque estoy segura de que a él le dolió mas) pero… ¿Saben de qué me di cuenta? Me di cuenta de que básicamente estoy muerta. Morí cuando lo deje y después de un tiempo mi cerebro se dio cuenta de que había muerto.
Estoy muerta.

Porque desde el momento en que mate a algo tan puro y único como era su amor, en ese momento yo me auto asesine y lo poco que quedaba en mi de persona se lo llevo el viento. Por eso me paso lo que me paso después de que le deje, por eso me paso todo lo que me paso en los años que me llevaron entenderlo, por eso me pudro, por eso él volvió. Porque deje de vivir. Arruine algo tan puro que solo me quedo como opción morir.

Así que finalmente lo resolví… estoy muerta… morí pero sigo viva, es raro darse cuenta de que estas muerta, pero al mismo tiempo es gratificante saber porque me estoy pudriendo. Saber la verdad, saber mi verdad es gratificante, es tranquilizador, es simple y efectivamente saber.


No creo que pueda volver a vivir, al menos no como antes, pero creo que es posible vivir estando muerta y anda a saber, capas algún día, alguien me reviva.